- Uno de los religiosos era oriundo del municipio de San Andrés, el otro de Norte de Santander.
Bogotá, Febrero de 2012, Redacción ChicamochaNews.net.- Los asistentes a la audiencia pública que se sigue en un juzgado de Bogotá contra los sicarios que asesinaron a dos sacerdotes, hace poco más de un año en sector de Kennedy, no podían salir del asombro, cuando escucharon la versión de uno de ellos que le reveló a la Fiscalía, que los prelados les habían pagado 15 millones de pesos para que los asesinaran.
Los padres Rafael Reátiga Rojas de 35 años, natural del municipio de San Andrés, Santander y Párroco de la Iglesia Jesucristo Nuestra Paz en Soacha y Richard Píffano Laguado de 37 años, oriundo de Arboledas, Norte de Santander y Párroco de la Iglesia San Juan de la Cruz en Kennedy y rector de un colegio, se habían conocido desde el Seminario y curiosamente tenían sus parroquias muy cerca.
De acuerdo con el análisis de la Fiscalía, los sacerdotes planearon su muerte en detalle porque uno de ellos tenía VIH SIDA, teniendo como base de esta afirmación el relato del sicario Isidro Castiblanco, quien se convirtió en testigo y narró a la fiscalía los hechos. Dijo que se había reunido con ellos en el sur de Bogotá para planear el doble asesinato.
Relata el testigo que, "los dos sacerdotes manifestaron que iban a pagar su muerte porque habían tomado varias opciones y no lo habían podido hacer, una de ellas camino de Bucaramanga, donde intentaron suicidarse en sector de Pescadero".
Las autoridades dieron con el paradero de los dos sicarios, porque cometieron el error de llevarse los celulares de los dos sacerdotes y la Fiscalía les hizo seguimiento, descubriéndolos pocos días después de los homicidios.
LOS HECHOS
Habitantes del sector recuerdan que, "en una calle del barrio Dintalito, localidad de Kennedy, al sur de Bogotá, siendo las 8 de la noche, del 27 de Enero de 2011, un vehículo se estacionó en una calle destapada y oscura, cuando de pronto se escucharon 3 disparos. Un hombre descendió del vehículo y corrió hasta una motocicleta que lo esperaba y huyó".
Solo al otro día conocieron la noticia completa: "habían sido asesinados, con tiros de gracia los sacerdotes Rafael Reátiga Rojas y Richard Píffano Laguado, cuyos cuerpos yacían en el carro de uno de ellos".
Uno de los sacerdotes tenía 2 disparos en la cabeza, el otro un tiro en el pecho y una camándula aferrada con sus manos.
Cuando se cometió el doble crimen, se daba el robo como posible móvil.
Investigaciones preliminares señalaban que los sacerdotes habrían comprado un carro y esa noche cerraban el negocio y la primera hipótesis era que los habrían asesinado para robarlos el dinero.
Las autoridades no encontraron rastros del vehículo que irían a comprar ni del dinero para hacer el negocio, solo un recibo por 350 mil pesos en un taller que se presume abrían pagado por el peritaje del automotor.
Al cierre de la Audiencia Pública, la Fiscalía pidió medida de aseguramiento para los dos acusados.
