En Málaga, campesina santandereana cumple 100 años


Este sábado 30 de junio de 2018, doña María Luisa Joya Sandoval será homenajeada en el Club del Comercio de Málaga Santander, con motivo de su centenario.

Por: Dary Hormiga Cárdenas Joya

María Luisa nació en Carcasí Santander, el día primero de junio de 1.918. Hija de Teófilo Joya y Filomena Sandoval, penúltima de siete hermanos y familia que residió en distintos momentos entre los municipios de Enciso, Carcasí y las veredas de Montonera, Robles y Cochagá. Conoció a su esposo Pompilio Cárdenas por la amistad entre las dos familias y contrajeron nupcias el 18 de enero de 1.938. Como fruto de su matrimonio, concibieron seis hijas y cuatros hijos: Cristina, Gonzalo, Celina, Alicia, Hilda, Marina, Gilberto, Mary Elisa, Pompilio y Eliecer, quienes le otorgan hoy a la "Nona de 100 años", sus 44 nietos, 78 bisnietos y 25 tataranietos.


El carácter de una nación se define por la entereza y fortaleza de sus campesinos y esta dama en particular, ha sido una digna representante.

María Luisa ha vivido desde la humildad y la esforzada labor del campo. Madrugaba en las mañanas para dejar lista las cinco comidas tradicionales del día para su familia y los obreros de la tierra. Su cocina de leña les daba un singular sabor a las arepas "leudas", de maíz pelao, los mutes, las changuas, el cacao y los envueltos.

Según ella, "los días eran más largos entonces" y hacía con suficiente tiempo sus tareas de ordeñar, "achicar" los terneros, los oficios de la casa, criar a sus hijos y repetir la rutina al siguiente día. La familia Cárdenas Joya se instaló en una finca ubicada en Cochagá, vereda de Enciso, en donde vivió la mayor parte de su vida sembrando y cosechando maíz, trigo, cebada, arveja y papa. También haciendo quesos y cuajadas que vendían en el mercado del pueblo los fines de semana.

Como le encantan los jardines, estos siempre florecieron visibles en la entrada de su casa, al lado del Pino. Vio a sus hijos casarse, estudiar o partir de casa con su destino particular, lo que dejaba un enorme nudo en su corazón, un suspiro y una oración por cada uno de ellos.

Durante estos cien años, también experimentó de cerca los momentos difíciles de este país. Al descender de una familia conservadora, tuvo que afrontar la violencia política por la rivalidad que existía con los liberales. Durante el año 1.949 su familia fue atacada en la finca de Cochagá, por un grupo de revolucionarios liberales que incendiaron parte de la casa e hirieron a su esposo en una pierna. Él logró huir, gracias a las plantaciones de maíz que había en los alrededores de la casa. Mientras tanto, María Luisa tuvo que esconderse con sus tres niñas mayores, durante varios días. Por fortuna, aunque luego de grandes dificultades, lograron reconstruir su casa y conservar su tierra.

Actualmente María Luisa vive en el municipio de Málaga, Santander, con su hija Marina, luego del fallecimiento de don Pompilio, por un cáncer, en agosto de 1.994. Es una gran estudiante en el centro ASOMATE del pueblo, a donde asiste luego de ir fervorosamente a la iglesia. Recita poemas y coplas, ha sido reina de la tercera edad, le encanta bailar torbellinos, guabinas, carrangueras y como ella dice: "su copita de aguardiente de vez en cuando". Disfruta de tejer, hacer muñecos de tela, escribir diarios y contar historias.

Ella, en su centenario, expresa con plenitud toda esa dulzura, alegría y fortaleza que describió José A. Morales en su lírica canción "Campesina Santandereana"; pues "Elisa", como le decía su esposo de cariño y más conocida así popularmente, es una mujer carismática muy querida por sus amigos y habitantes del Pueblo. Siempre luce glamurosa, bella y perfumada, justamente así, como una "flor de romero".

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