Los propios conductores deben rellenar los huecos de `piedras para que sus vehículos no se entierren.
Málaga, 09 de octubre de 2017.- Hablar de la #CarreteraPanamericana es hablar de la primera carretera que se construyó en Colombia, para conectar a Caracas con Bogotá, (pasando por Cúcuta, Pamplona – Málaga y Tunja), para luego seguir hacia Bogotá, de allí a Quito, la capital del Ecuador, luego a Lima, posteriormente a Santiago de Chile y finalmente a Buenos Aires, Argentina.
Puedo dar fe, porque la he recorrido casi en su totalidad, hasta Buenos Aires, Argentina, y sin lugar a dudas, su paso por Colombia es una verdadera vergüenza, especialmente entre Cúcuta – Pamplona – Chitagá, (Norte de Santander), Páramo del Almorzadero – Cerrito – Málaga – Capitanejo (Santander), Soatá y Belén, (Boyacá).
Recorriéndola de Sur a Norte
Los 134 kilómetros, que constituyen su paso por Boyacá, desde Duitama, (donde se desprende de la doble calzada Bogotá – Sogamoso), hasta La Palmera, en los límites con el departamento de Santander, si bien, tiene algunos puntos críticos de alto riesgo para los transportadores, su capa de rodadura se ha mantenido más o menos transitable.
Desde La Palmera, en Capitanejo, donde comienzan los 102 kilómetros de su recorrido por Santander, hasta Málaga – Concepción y Cerrito, ha venido siendo intervenida desde 2009, concretamente hasta el kilómetro 77, encontrándose en condiciones aceptables; por demás que se viene trabajando actualmente en algunos sitios críticos que habían quedado pendientes, con una inversión cercana a los 90 mil millones de pesos, pero a un ritmo demasiado lento.
Ahí comienza el calvario
A partir del kilómetro 77 hacia los límites con el departamento Norte de Santander, lo que constituye su paso por el páramo del Almorzadero, representa, sin duda, el verdadero calvario para los transportadores, tanto de pasajeros como de carga.
Por esta vía se movilizan diariamente entre 25 y 30 buses de las empresas de transporte interdepartamental que prestan sus servicios de Bogotá a Cúcuta y viceversa; además de los buses de empresas internacionales que esporádicamente transitan por esta carretera. También ruedan por aquí unas 40 tractomulas por día, que transportan cemento, hierro y otros tipos de mercancías hacia Cúcuta y allí cargan otros productos para Bogotá y el centro del país.
Pero además, el Norte de Boyacá y la provincia de García Rovira, en Santander, han sido históricamente la despensa agropecuaria de los habitantes de Cúcuta y de buena parte de Venezuela, en lo que tiene que ver con frutas y verduras, destacándose los altos volúmenes que salen de papa y de cebolla cabezona; y son precisamente sus productores y transportadores los que más "llevan del bulto", como dicen ellos mismos, teniendo en cuenta que con grandes esfuerzos compran sus camiones, los que en un solo viaje sufren todo tipo de averías.
Los daños más frecuentes en sus vehículos los sufre la suspensión, el motor y la carrocería, teniendo en cuenta que muchas veces los carros quedan enterrados en el lodazal, y tienen que ser halados por otros vehículos.
Permanentes atracos
Pero, como si todo lo anterior fuera poco, las bandas de atracadores han encontrado en esta coyuntura una verdadera oportunidad para llevar a cabo sus fechorías, ya que los vehículos no pueden pasar de los 10 kilómetros por hora, lo que, no solo aprovechan para soltar los amarres de sus carpas y subir a saquear la carga, sino que detienen los vehículos para apoderarse de los haberes de conductores y sus pasajeros.
Derecho de petición al Invias
A raíz de todo este sufrimiento, los transportadores de García Rovira, de Boyacá y del Norte de Santander, radicaron un derecho de petición, (citando el Artículo 23 de la Constitución Nacional), ante el Director Territorial Santander del Instituto Nacional de Vías, Invias, Cesar Augusto Moreno Prada, con el fin de solicitar comedidamente el arreglo de ese tramo de la carretera Troncal Central del Norte o #CarreteraPanamericana, a su paso por el páramo del Almorzadero.
Advierten en ese documento, "que los transportadores y las comunidades en general, nos vemos en una total vulneración de nuestros derechos a la igualdad, frente a otras vías nacionales. Cada día nuestros vehículos de pasajeros y de carga se dañan, teniendo en cuenta que la vía ya está intransitable y el tiempo de recorrido es cada día mayor".
Y es que los transportadores ni siquiera están pidiendo la pavimentación del tramo faltante, sino un mantenimiento con aplicación de material, teniendo en cuenta que estos escasos 20 kilómetros les aumenta su recorrido en más de dos horas y acaban con sus vehículos.
Finalmente recuerdan que, "nosotros como agricultores, lo único que buscamos es poder sacar nuestros productos al mercado nacional y nos vemos afectados por los altos costos de los fletes y los bajos precios de los productos, que se suman al mal estado de la carretera".
Los transportadores esperan una pronta respuesta a su derecho de petición, para no tener que acudir a una tutela y menos a las vías de hecho.
Para concluir, señalemos que, aunque existe una vía alterna entre Cúcuta y Bogotá, pasando por la ciudad de Bucaramanga, la Troncal Central del Norte o #CarreteraPanamericana que hace tránsito por Málaga y Duitama presenta muchas ventajas como su suave topografía, su longitud, que es menor en 34 kilómetros y los pocos pasos urbanos que se deben atravesar.
Quedamos pendientes de la solución que ofrezca el gobierno nacional, a través del Invias…
